Semana 15 de Tiempo Ordinario. Año Par

Semana 15 Tiempo Ordinario Año Par

Semana 15 de Tiempo Ordinario en el Año Par, según el Leccionario IV, la Iglesia Católica se embarca en un viaje continuo a través de la rica Palabra de Dios, ofreciendo a los fieles una secuencia de lecturas que iluminan la vida y enseñanzas de Jesucristo y la aplicación de su mensaje en la vida diaria. Este período se caracteriza por una inmersión profunda en las Escrituras, con un énfasis particular en los textos del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que se alternan con los años impares, asegurando así una cobertura comprensiva y variada de la Biblia a lo largo de dos años.

Durante el Año Par, el Leccionario IV selecciona cuidadosamente lecturas del Antiguo Testamento que resaltan la promesa de Dios y su fidelidad hacia su pueblo, así como pasajes del Nuevo Testamento que se enfocan en las parábolas y enseñanzas de Jesús, especialmente aquellas que se encuentran en los Evangelios de Lucas y Juan. Estas selecciones están diseñadas para profundizar la comprensión y la relación de los fieles con Dios, animándolos a reflexionar sobre su propio camino de fe en respuesta a la Palabra.

15ª Semana de Tiempo Ordinario. Años pares

Lunes

PRIMERA LECTURA

Lavaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones

Lectura del libro de Isaías 1, 10-17

Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:

«¿Qué me importa el número de vuestros sacrificios?
—dice el Señor—.

Estoy harto de holocaustos de carneros,
de grasa de cebones;

la sangre de toros, corderos y chivos
no me agrada.

¿Por qué entráis a visitarme?

¿Quién pide algo de vuestras manos
cuando pisáis mis atrios?

No me traigáis más dones vacíos,
más incienso execrable.

Novilunios, sábados, asambleas,
no los aguanto.

Vuestras solemnidades y fiestas
las detesto;

se me han vuelto una carga
que no soporto más.

Cuando extendéis las manos,
cierro los ojos;

aunque multipliquéis las plegarias,
no os escucharé.

Vuestras manos están llenas de sangre.

Lavaos, purificaos,
apartad de mi vista vuestras malas acciones.

Cesad de obrar mal,
aprended a obrar bien;

buscad el derecho,
enderezad al oprimido;

defended al huérfano,
proteged a la viuda».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23 (R.: 23b)

R. Al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños». R.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?». R.

«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios». R.

Aleluya Mt, 5, 10

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

EVANGELIO

No he venido a sembrar paz, sino espadas

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 34—11, 1

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

—«No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.

El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará.

El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo.

El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro».

Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

Si no creéis, no subsistiréis

Lectura del libro de Isaías 7, 1-9

Reinaba en Judá Acaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías. Rasín, rey de Damasco, y Pecaj, hijo de Romelía, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla; pero no lograron conquistarla.

Llegó la noticia al heredero de David:

—«Los sirios acampan en Efraín».

Y se agitó su corazón y el del pueblo, como se agitan los árboles del bosque con el viento.

Entonces el Señor dijo a Isaías:

—«Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba, junto a la Calzada del Batanero, y le dirás: «¡Vigilancia y calma! No temas, no te acobardes ante esos dos cabos de tizones humeantes, la ira ardiente de Rasín y los sirios y del hijo de Romelía. Aunque tramen tu ruina diciendo: ‘Subamos contra Judá, sitiémosla, apoderémonos de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel’.

Así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá: Damasco es capital de Siria, y Rasín, capitán de Damasco; Samaria es capital de Efraín, y el hijo de Romelía, capitán de Samaria. Dentro de cinco o seis años, Efraín, destruido, dejará de ser pueblo. Si no creéis, no subsistiréis»».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 47, 2-3a. 3b-4. 5-6. 7-8 (R.: 9d)

RDios ha fundado su ciudad para siempre.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R.

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R.

Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos. R.

Allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis. R.

Aleluya Cf. Sal 94, 8ab

No endurezcáis vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor.

EVANGELIO

El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma que a vosotras

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 20-24

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido:

—«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.

Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.

Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.

Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.

Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

¿Se envanece el hacha contra quien la blande?

Lectura del libro de Isaías 10, 5-7. 13-16

Así dice el Señor:

«¡Ay Asur, vara de mi ira,
bastón de mi furor!

Contra una nación impía lo envié,
lo mandé contra el pueblo de mi cólera,

para entrarle a saco y despojarlo,
para hollarlo como barro de las calles.

Pero él no pensaba así,
no eran éstos los planes de su corazón;

su propósito era aniquilar,
exterminar naciones numerosas.

Él decía:
«Con la fuerza de mi mano lo he hecho,
con mi saber, porque soy inteligente.

Cambié las fronteras de las naciones,
saqueé sus tesoros
y derribé como un héroe a sus jefes.

Mi mano cogió, como un nido,
las riquezas de los pueblos;
como quien recoge huevos abandonados,
cogí toda su tierra,

y no hubo quien batiese las alas,
quien abriese el pico para piar».
¿Se envanece el hacha contra quien la blande?

¿Se gloría la sierra contra quien la maneja?

Como si el bastón manejase a quien lo levanta,
como si la vara alzase a quien no es leño.

Por eso, el Señor de los ejércitos
meterá enfermedad en su gordura

y debajo del hígado le encenderá una fiebre,
como incendio de fuego».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15 (R.: 14a)

R. El Señor no rechaza a su pueblo.

Trituran, Señor, a tu pueblo,
oprimen a tu heredad;
asesinan a viudas y forasteros,
degüellan a los huérfanos. R.

Y comentan: «Dios no lo ve,
el Dios de Jacob no se entera».
Enteraos, los más necios del pueblo,
ignorantes, ¿cuándo discurriréis? R.

El que plantó el oído ¿no va a oír?;
el que formó el ojo ¿no va a ver?;
el que educa a los pueblos ¿no va a castigar?;
el que instruye al hombre ¿no va a saber? R.

Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón. R.

Aleluya Cf. Mt 11, 25

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

EVANGELIO

Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a la gente sencilla

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-27

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

—«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.

Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

Despertarán jubilosos los que habitan en el polvo

Lectura del libro de Isaías 26, 7-9. 12. 16-19

La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;

en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.

Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,

porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.

Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.

Señor, en el peligro acudíamos a ti,
cuando apretaba la fuerza de tu escarmiento.

Como la preñada cuando le llega el parto
se retuerce y grita angustiada,
así éramos en tu presencia, Señor:

concebimos, nos retorcimos,
dimos a luz… viento;

no trajimos salvación al país,
no le nacieron habitantes al mundo.

¡Vivirán tus muertos,
tus cadáveres se alzarán,

despertarán jubilosos
los que habitan en el polvo!

Porque tu rocío es rocío de luz,
y la tierra de las sombras parirá.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 101, 13-14ab y 15. 16-18. 19-21 (R.: 20b)

R. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.

Tú permaneces para siempre,
y tu nombre de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión,
que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras,
se compadecen de sus ruinas. R.

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.

Aleluya Mt 11, 28

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os aliviaré
—dice el Señor—.

EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

—«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas

Lectura del libro de Isaías 38, 1-6. 21-22. 7-8

En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte, y vino a visitarlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo:

—«Así dice el Señor: «Haz testamento, porque vas a morir sin remedio y no vivirás»».

Entonces, Ezequías volvió la cara a la pared y oró al Señor:

—«Señor, acuérdate que he procedido de acuerdo contigo, con corazón sincero e íntegro, y que he hecho lo que te agrada».

Y Ezequías lloró con largo llanto.

Y vino la palabra del Señor a Isaías:

—«Ve y dile a Ezequías: Así dice el Señor, Dios de David, tu padre: «He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas. Mira, añado a tus días otros quince años. Te libraré de las manos del rey de Asiria, a ti y a esta ciudad, y la protegeré»».

Isaías dijo:

—«Que traigan un emplasto de higos y lo apliquen a la herida, para que se cure».

Ezequías dijo:

—«¿Cuál es la prueba de que subiré a la casa del Señor?».

Isaías respondió:

—«Ésta es la señal del Señor, de que cumplirá el Señor la palabra dada: «En el reloj de sol de Acaz haré que la sombra suba los diez grados que ha bajado»».

Y desanduvo el sol en el reloj los diez grados que había avanzado.

Palabra de Dios.

Interleccional: Isaías 38, 10. 11. 12abcd. 16 (R.: 17b)

R. Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía.

Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años». R.

Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo». R.

«Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama». R.

Los que Dios protege viven,
y entre ellos vivirá mi espíritu;
me has curado, me has hecho revivir. R.

Aleluya Jn 10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz
—dice el Señor—,
y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO

El Hijo del hombre es señor del sábado

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 1-8

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron:

—«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».

Les replicó:

—«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.

¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?

Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.

Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa.

Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

Codician los campos y se apoderan de las casas

Lectura de la profecía de Miqueas 2, 1-5

¡Ay de los que meditan maldades,
traman iniquidades en sus camas;

al amanecer las cumplen,
porque tienen el poder!

Codician los campos y los roban,
las casas, y se apoderan de ellas;

oprimen al hombre y a su casa,
al varón y a sus posesiones.

Por eso, dice el Señor:
«Mirad, yo medito una desgracia
contra esa familia.

No lograréis apartar el cuello de ella,
no podréis caminar erguidos,
porque será un tiempo calamitoso.

Aquel día entonarán contra vosotros una sátira,
cantarán una elegía:

«Han acabado con nosotros,
venden la heredad de mi pueblo;

nadie lo impedía,
reparten a extraños nuestra tierra».

Nadie os sortea los lotes
en la asamblea del Señor».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 9, 22-23. 24-25. 28-29. 35 (R.: 33b)

R. No te olvides de los humildes, Señor.

¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento del aprieto?
La soberbia del impío oprime al infeliz
y lo enreda en las intrigas que ha tramado. R.

El malvado se gloría de su ambición,
el codicioso blasfema y desprecia al Señor.
El malvado dice con insolencia:
«No hay Dios que me pida cuentas». R.

Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de fraudes;
su lengua encubre maldad y opresión;
en el zaguán se sienta al acecho
para matar a escondidas al inocente. R.

Pero tú ves las penas y los trabajos,
tú miras y los tomas en tus manos.
A ti se encomienda el pobre,
tú socorres al huérfano. R.

Aleluya 2Co 5, 19

Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo,
y a nosotros nos ha confiado
la palabra de la reconciliación.

EVANGELIO

Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 14-21

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.

Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos le siguieron.

Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.

Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías:

«Mirad a mi siervo, mi elegido,
mi amado, mi predilecto.

Sobre él he puesto mi espíritu
para que anuncie el derecho a las naciones.

No porfiará, no gritará, no voceará por las calles.

La caña cascada no la quebrará,
el pábilo vacilante no lo apagará,

hasta implantar el derecho;
en su nombre esperarán las naciones».

Palabra del Señor.



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