Semana 25 de Tiempo Ordinario. Año Par

Semana 25 Tiempo Ordinario Año Par

Semana 25 de Tiempo Ordinario en el Año Par, según el Leccionario IV, la Iglesia Católica se embarca en un viaje continuo a través de la rica Palabra de Dios, ofreciendo a los fieles una secuencia de lecturas que iluminan la vida y enseñanzas de Jesucristo y la aplicación de su mensaje en la vida diaria. Este período se caracteriza por una inmersión profunda en las Escrituras, con un énfasis particular en los textos del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que se alternan con los años impares, asegurando así una cobertura comprensiva y variada de la Biblia a lo largo de dos años.

Durante el Año Par, el Leccionario IV selecciona cuidadosamente lecturas del Antiguo Testamento que resaltan la promesa de Dios y su fidelidad hacia su pueblo, así como pasajes del Nuevo Testamento que se enfocan en las parábolas y enseñanzas de Jesús, especialmente aquellas que se encuentran en los Evangelios de Lucas y Juan. Estas selecciones están diseñadas para profundizar la comprensión y la relación de los fieles con Dios, animándolos a reflexionar sobre su propio camino de fe en respuesta a la Palabra.

25ª Semana de Tiempo Ordinario. Años pares

Lunes

PRIMERA LECTURA

El Señor aborrece al perverso

Lectura del libro de los Proverbios 3, 27-34

Hijo mío, no niegues un favor a quien lo necesita,
si está en tu mano hacérselo.

Si tienes, no digas al prójimo:
«Anda, vete; mañana te lo daré».

No trames daños contra tu prójimo,
mientras él vive confiado contigo;

no pleitees con nadie sin motivo,
si no te ha hecho daño;

no envidies al violento,
ni sigas su camino;

porque el Señor aborrece al perverso,
pero se confía a los hombres rectos;

el Señor maldice la casa del malvado
y bendice la morada del honrado;

se burla de los burlones
y concede su favor a los humildes;

otorga honores a los sensatos
y reserva baldón para los necios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5 (R.: cf. 1b)

R. El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.

El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.

Aleluya Mt 5, 16

Alumbre así vuestra luz a los hombres,
para que vean vuestras buenas obras
y den gloria a vuestro Padre.

EVANGELIO

El candil se pone en el candelero para que los que entran tengan luz

Lectura del santo evangelio según san Lucas 8, 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz.

Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.

A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

Diversas sentencias

Lectura del libro de los Proverbios 21, 1-6. 10-13

El corazón del rey es una acequia en manos de Dios,
la dirige a donde quiere.

Al hombre le parece siempre recto su camino,
pero es Dios quien pesa los corazones.

Practicar el derecho y la justicia
Dios lo prefiere a los sacrificios.

Ojos altivos, mente ambiciosa,
el pecado es el distintivo de los malvados.

Los planes del diligente traen ganancia,
los del atolondrado traen indigencia.

Tesoros ganados por boca embustera
son humo que se disipa y lazos mortales.

Afán del malvado es buscar el mal,
no mira con piedad a su prójimo.

Cuando el cínico la paga, aprende el inexperto,
pero el sensato aprende con la experiencia.

El honrado observa cómo la casa del malvado
precipita al malvado en la ruina.

Quien cierra los oídos al clamor del necesitado
no será escuchado cuando grite.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 118, 1. 27. 30. 34. 35. 44 (R.: 35a)

R. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor. R.

Instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R.

Escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R.

Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón. R.

Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R.

Cumpliré sin cesar tu voluntad,
por siempre jamás. R.

Aleluya Lc 11, 28

Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen.

EVANGELIO

Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios
y la ponen por obra

Lectura del santo evangelio según san Lucas 8, 19-21

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.

Entonces lo avisaron:

—«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte».

Él les contestó:

—«Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra».

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

No me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan

Lectura del libro de los Proverbios 30, 5-9

La palabra de Dios es acendrada,
él es escudo para los que se refugian en él.

No añadas nada a sus palabras,
porque te replicará y quedarás por mentiroso.

Dos cosas te he pedido;
no me las niegues antes de morir:

aleja de mí falsedad y mentira;
no me des riqueza ni pobreza,
concédeme mi ración de pan;

no sea que me sacie y reniegue de ti,
diciendo: «¿Quién es el Señor?»;

no sea que, necesitando,
robe y blasfeme el nombre de mi Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163(R.: 105a)

R. Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor.

Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad. R.

Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.

Tu palabra, Señor, es eterna,
más estable que el cielo. R.

Aparto mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R.

Considero tus decretos,
y odio el camino de la mentira. R.

Detesto y aborrezco la mentira,
y amo tu voluntad. R.

Aleluya Mc 1, 15

Está cerca el reino de Dios
—dice el Señor—:
convertíos y creed en el Evangelio.

EVANGELIO

Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 1-6

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.

Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:

—«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto.

Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.

Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa».

Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

Nada hay nuevo bajo el sol

Lectura del libro del libro de Qohélet 1, 2-11

¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet;
vanidad de vanidades, todo es vanidad!

¿Qué saca el hombre de todas las fatigas
que lo fatigan bajo el sol?

Una generación se va,
otra generación viene,
mientras la tierra siempre está quieta.

Sale el sol, se pone el sol,
jadea por llegar a su puesto
y de allí vuelve a salir.

Camina al sur, gira al norte,
gira y gira y camina el viento.

Todos los ríos caminan al mar,
y el mar no se llena;

llegados al sitio a donde caminan,
desde allí vuelven a caminar.

Todas las cosas cansan
y nadie es capaz de explicarlas.

No se sacian los ojos de ver
ni se hartan los oídos de oír.

Lo que pasó, eso pasará;
lo que sucedió, eso sucederá:
nada hay nuevo bajo el sol.

Si de algo se dice: «Mira, esto es nuevo»,
ya sucedió en otros tiempos
mucho antes de nosotros.

Nadie se acuerda de los antiguos
y lo mismo pasará con los que vengan:
no se acordarán de ellos sus sucesores.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1)

R. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

Aleluya Jn 14, 6

Yo soy el camino, y la verdad, y al vida
—dice el Señor—;
nadie va al Padre, sino por mí.

EVANGELIO

A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

—«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de ver a Jesús.

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

Todas las tareas bajo el sol tienen su sazón

Lectura del libro del libro de Qohélet 3, 1-11

Todo tiene su tiempo y sazón,
todas las tareas bajo el sol:

tiempo de nacer, tiempo de morir;

tiempo de plantar, tiempo de arrancar;

tiempo de matar, tiempo de sanar;

tiempo de derruir, tiempo de construir;

tiempo de llorar, tiempo de reír;

tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar;

tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras;

tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse;

tiempo de buscar, tiempo de perder;

tiempo de guardar, tiempo de desechar;

tiempo de rasgar, tiempo de coser;

tiempo de callar, tiempo de hablar;

tiempo de amar, tiempo de odiar;

tiempo de guerra, tiempo de paz.

¿Qué saca el obrero de sus fatigas?

Observé todas las tareas
que Dios encomendó a los hombres
para afligirlos:

todo lo hizo hermoso en su sazón

y dio al hombre el mundo para que pensara;

pero el hombre no abarca las obras
que hizo Dios desde el principio hasta el fin.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 143. 1a y 2abc. 3-4 (R.: 1a)

R. Bendito el Señor, mi Roca.

Bendito el Señor, mi Roca,
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio. R.

Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?;
¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa. R.

Aleluya Mc 10, 45

El Hijo del hombre ha venido para servir
y dar su vida en rescate por todos.

EVANGELIO

Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 18-22

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:

—«¿Quién dice la gente que soy yo?».

Ellos contestaron:

—«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó:

—«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro tomó la palabra y dijo:

—«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:

—«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

Acuérdate de tu Hacedor durante tu juventud,
antes de que el polvo vuelva a la tierra y el espíritu vuelva a Dios

Lectura del libro del libro de Qohélet 11, 9—12, 8

Disfruta mientras eres muchacho
y pásalo bien en la juventud;

déjate llevar del corazón,
de lo que atrae a los ojos;

y sabe que Dios te llevará a juicio
para dar cuenta de todo.

Rechaza las penas del corazón
y rehúye los dolores del cuerpo:
niñez y juventud son efímeras.

Acuérdate de tu Hacedor durante tu juventud,
antes de que lleguen los días aciagos

y alcances los años en que dirás:
«No les saco gusto».

Antes de que se oscurezca la luz del sol,
la luna y las estrellas,
y a la lluvia siga el nublado.

Ese día temblarán los guardianes de casa
y los robustos se encorvarán,

las que muelen serán pocas y se pararán,
las que miran por las ventanas se ofuscarán,

las puertas de la calle se cerrarán
y el ruido del molino se apagará,

se debilitará el canto de los pájaros,
las canciones se Irán callando,

darán miedo las alturas
y rondarán los terrores.

Cuando florezca el almendro,
y se arrastre la langosta,
y no dé gusto la alcaparra,

porque el hombre marcha a la morada eterna,
y el cortejo fúnebre recorre las calles.

Antes de que se rompa el hilo de planta,
y se destroce la copa de oro,

y se quiebre el cántaro en la fuente,
y se raje la polea del pozo,

y el polvo vuelva a la tierra que fue,
y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio.

Vanidad de vanidades, dice Qohelet,
todo es vanidad.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1)

R. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

Enséñanos a calcular nuestros años
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

Aleluya Cf. 2Tm 1, 10

Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte
y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.

EVANGELIO

Al Hijo del hombre lo van a entregar. Les daba miedo preguntarle sobre el asunto

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 43b-45

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

—«Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres».

Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido.

Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

Palabra del Señor.



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